Favoritos de la Investigación en Internet

Artículo publicado en el Boletín de Periodismo.com de diciembre de 2008

(Por Diego Rottman) En el año ’94 ya tenía una casilla de correo electrónico de la facultad de Sociales de la UBA, pero mi primer contacto con la web fue para investigar. Internet full era carísimo, lento y para pocos por esos días. Un amigo que trabajaba en el ministerio de Economía me dejó entrar cuando todos se habían retirado y me explicó cómo usar Netscape y Altavista, el browser más novedoso y el buscador más eficaz de esos días. Así pude conseguir la discografía completa, oficial y pirata, de Los Ramones para un libro que estaba produciendo.

Desde entonces nunca dejé de usar Internet para buscar información. De Altavista pasé a Yahoo y de ahí a Google como buscador preferido. Pero quien se dedique a investigar usando Internet no puede limitarse a volcar un par de palabras en el motor de búsqueda más popular.

Para empezar, hay que tener un buen maletín de herramientas. Empieza con el navegador Firefox y todas sus extensiones. Sigue con un buscador local para rastrear documentos del disco rígido. Contempla alguna herramienta para administrar favoritos y sincronizarlos con otras computadoras. Y tampoco puede faltar un archivo online de las páginas que vale la pena conservar.

Un investigador tiene que aprender a reconocer la autoridad de una página y su contenido. Distinguir entre un sitio muy visitado y uno con público ocasional. Ser inmune a las imposturas y las estafas. Comprender las diferencias entre la oferta y la demanda de contenidos.

También tiene que manejar con solvencia las búsquedas que van más alla de los textos: audio, imágenes y videos, tienen reglas propias y todavía resultados primitivos.

El investigador de Internet tiene que saber rastrear el pasado -las páginas que dejaron de estar online-, el presente -el contenido generado hace minutos- y el futuro -las tendencias que se vienen cualquier sea el tema.

Y lo que no se ve. La Internet Invisible, esto es, la web que no indexan los buscadores, es el verdadero valor agregado del investigador, aquellas pepitas de oro que solo encuentra alguien que no es «googledependiente».

Pero además de tomar a Internet como una fuente de información -la biblioteca-, el investigador la utiliza como canal -el teléfono- para llegar a las fuentes desde un Premio Nobel hasta un coleccionista de latas de gaseosas holandesas.

Por último, el mejor investigador es el que sabe integrar todos estos conceptos, técnicas y herramientas, pero además es capaz de crear sus propios métodos personalizados de búsqueda.

Aunque el Online Reaserch es muy popular en Estados Unidos y hay bastantes profesionales que viven de eso, recién está tomándose conciencia de su importancia en los países de habla hispana. Creé el curso de Investigación en Internet hace ya seis años para enseñar a bucear en las profundidades de Internet a todos aquellos a los que no les alcanza con, apenas, navegarla.

Diego Rottman es periodista y dicta el curso de Investigación en Internet en Periodismo.net